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Merece la pena leer ese relato en Libertad digital. Esta es la forma de lavarse la mano que tienen los gobiernos autonómicos, cediendo el control a las ultras feministas de estos profesionales que, con ayudas públicas, crean organizaciones, de dudosa moral, para luego ser contratadas por los gobiernos autonómicos y aplicar las criminales ideologías de género lavándose las manos. Esta forma de contratar, permite tener un perfecto control sobre los profesionales que intervienen en cuestiones familiares, con perspectivas políticas y no de ciencia, como se les supone hacen. Es el mecanismo de fraude perfecto.
Por eso, huye como de la peste de los servicios sociales y, si tienes que pasar por ellos, con cámara oculta. A mi me recuerdan a las organizaciones nazis como Lebensborn, la Gestapo o el doctor nazi Josef Mengele. Lo que pasa es que no hacen lo que hacen por error, sino que obedecen a un macabro plan, muy estudiado y probado.
Mirad esta sesión plenaria del Ayuntamiento. Ahí se ve el control que ejercen sobre los psicólogos de género.
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