Falsos recuerdos inducidos

Los falsos recuerdos que se producen en la alienación parental, son la clave en ese libro están clas claves de cómo hacerlo

Children Held Hostage

Teodoro, el delirio violador de su hijo

¡Ojalá nos equivoquemos, Teodoro! pero tú serás, para tu hijo, su violador de por vida, su monstruo y no se sabe qué más cosas... Así lo delira tu hijo y así será para siempre, salvo que los criminales de género hagan como en el caso de Manresa (ver más adelante). Su delirio es su mecanismo de defensa:

Mejor creer que lo violaste, a creer que fue manipulado, que lo que tenía en su menta como "evidencia" era falso y que hizo que su padre, inocente, fuera condenado...

¡¿Qué ser humano puede afrontar esa realidad, ese maltrato tan intenso?!

La Guía del Defensor del Menor de Madrid sobre la Alienación Parental, lo recoge muy, pero que muy bien cuando afirma:

Recuerde que el vínculo que el menor establece con el progenitor alienador se basa en el miedo y en la asunción de unas creencias que no le son propias. Si su hijo le recrimina cosas injustas o incluso falsas, si le insulta o rechaza, recuerde que no es libre en sus decisiones. Aquel que ha manipulado sus deseos y acciones está hablando por su boca.

A esta afirmación, sólo tenemos un pero, oculta la palabra clave: lavado de cerebro (Children Held Hostage: Identifying Brainwashed Children, Presenting a Case, and Crafting Solutions, Second Edition).

La Alienación Parental está reconocido como una forma severa de maltrato emocional.

Para los delincuentes de género, mostramos las evidencias de que la Alienación Parental es una forma de maltrato que ha de ser perseguida penalmente, en lugar de ocultado y fomentado:

Píldora de conocimiento del Caffcas (servicio de defensa del menor inglés)

Definición de la Real Academia de Medicina sobre maltrato (nótese que advierten sobre la obligación de denunciarlo):

Hijo y padre, emocionalmente maltratados, con especial incidencia en el hijo ¿Crimen impune?

Teodoro cree que "nadie puede devolverle a su hijo" y es falso, aunque es previsible, no por imposibilidad, sino por desidia judicial y ¿complot político-judicial?.

Se sabe cómo hacerlo. Lo dijo Richard Gardner, "el crucifijo de los vampiros feminazis" y lo saben jueces y fiscales de la Audiencia Nacional con el caso La niña enrolada en la yihad por la Red. Seis meses, fueron suficientes, para neutralizar el lavado de cerebro, a pesar de que traía el cerebro bien lavado y centrifugado:

La menor, que, según fuentes judiciales, llegó al centro “con el cerebro lavado y centrifugado”, está experimentando una “evolución positiva” en las últimas semanas y empieza a ser consciente de la gravedad del delito que estaba a punto de cometer y del peligro al que se exponía si se ponía en manos de los barbudos con los que planeaba viajar a Irak. “La medida de internamiento se está demostrando acertada. La niña está tomando perspectiva y creemos que estamos en buen camino hacia su reinserción”, afirman fuentes de la Audiencia Nacional.

Los delirios inducidos al menor por la madre y la patulea feminista, son fácilmente corregibles. Otra cosa es que haya voluntad de hacerlo.

No quiero ser cruel, pero el padre debería saber que puede conseguirlo y si pelea tanto como para demostrar su inocencia, podría conseguirlo. ¿Lo hará? Quizás no, pues no hay dada tan eficaz como la ignorancia para dejar de conseguir un objetivo, que sin duda desearía.

En esta cuestión hay maldad selecta y mucha ignorancia colectiva, lo que permite hacer un ejército fundamentalista de género letal para la integridad de las personas, menores incluidos.

También hay unos pocos que ni son malos ni ignorantes, de los que algunos son cobardes y unos pocos luchan de forma comprometida por acabar con este crimen ideológico. Como decía el Sacerdote de Género Lorente acosta, "son pocos, pero ruidosos". Realmente: incómodos.

Haciendo memoria

No olvidemos que Julio Bronchal, ya advertía a todos de esta barbaridad, porque ni es la primera, ni será la última, calculo que habrá miles de inocentes condenados por denuncias falsas, o infundadas, por violencia de género, en su variante de denuncia de abuso sexual, hecha por uno de los progenitores contra el otro, una vez divorciados.

Garantías que se nos niegan y que favorece la implantación de la justicia fundamentalista de género

Julio Bronchal, nos da una clase magistral, sobre garantías psicojurídicas que no vemos y que tanto favorece la condena de inocentes, el maltrato infantil y la rotura de las relaciones familiares entre padre e hijo.

Merece la pena escucharle.