Caso Manresa

Este el punto de partida de la lucha feminazi por imponer la negación del maltrato por Alienación Parental en los tribunales españoles.

Este es el manifiesto, que dio origen a todo:

Las asociaciones de mujeres se unen contra el síndrome de alienación parental

Las asociaciones de mujeres de la región se unen contra el síndrome de aliena­ción parental (SAP), patología diagnosticada en 1985 por el psiquiatra americano Richard A. Gardner que afecta a las parejas divorciadas y que consiste en acusar a la mujer de educar a los hijos en contra del padre.

La mayoría de las entidades feministas del Principado, entre las que se encuentran la Asociación de Mujeres Divorciadas y Separadas...

El encuentro, que será el primero de varios, tiene como objetivo trazar una estrategia común en contra de la utilización en los juicios de divorcio o de revisión de custodias el SAP, ya que, según explicó una de las portavoces del encuentro, «se trata de un invento de un psiquiatra americano que no cuenta con ningún respaldo oficial, ni de la Organización Mundial de la Salud ni de ningún otro órgano».

Las asociaciones de mujeres convocantes pretenden conseguir un acuerdo de los jueces asturianos para desestimar el SAP...

La acción se extendió por toda España, culminando con un "estudio" ideológico, dirigido por la ilustre estanquera Ana María Pérez del Campo. Esta basura ideológica, se encuentra colgada en el Ministerio y, por supuesto, pagado con dinero de todos los españoles al servicio sectario y doctrinal de un grupo que ha convertido la lucha de género (antes de clases) en un negocio muy lucrativo.

Como no podía ser menos, el Gobierno de Zapatero, prestigioso supervisor de nubes, lo consagró con este infame comunicado, titulado El Gobierno insta a los jueces a no esgrimir una patología inexistente, que recoge perlas como:

Los jueces de sesgo machista, ... "pocos pero ruidosos" figuran como objetivo principal del informe. En él se parte de la base de que "las creencias de género están presentes en nuestros tribunales" y advierte: "En el ámbito judicial este presunto síndrome ha provocado un efecto devastador en muchos menores y en sus madres al considerar a los niños y niñas como mentirosos y a las madres como enfermas mentales", al tiempo que alerta de que, bajo el disfraz de palabras distintas, dado el descrédito creciente del SAP como tal, se sigue empleando en los juzgados. Es la gran anomalía que intentamos corregir.

Pero, no os lo perdáis, el esquizofrénico Zapatero dice lo contrario en otro momento, con carta ¡firmada de su puño y letra!:

La historia continua, y ese "impulso" para permitir que las madres pongan denuncias falsas de abuso sexual y poder apartar a los hijos de sus padres, encontramos su continuación en la Guía de criterios de actuación judicial frente a la violencia de género del 2013, actualizada con nuevas barbaridades en el 2016, con el nombre de Guía práctica de la Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género (2016). Entre otras barbaridades de género, destaca esta frase por su relevancia en la condena de inocentes por denuncias falsas de abusos sexuales:

No se debe aceptar que se utilice el S.A.P. para deslegitimar denuncias por violencia de género o por abuso sexual.

¿Todo esto por qué?

La respuesta la encontramos en el propio Consejo General del Poder Judicial, cuando en su infame documento titulado RESISTENCIAS A LA APLICACIÓN DE LA LEY INTEGRAL. EL SUPUESTO SAP Y SU PROYECCIÓN EN LAS RESOLUCIONES JUDICIALES, nos regala con esta perla dorada:

El SAP aparece como un instrumento creado al servicio de la estigmatización de las mujeres, por lo que sirve para enfrentarse a cualquier norma o práctica que permita un avance en el disfrute de sus derechos.

¡Todo un ejemplo de implicación en los derechos de la infancia!

¿Resulta razonable confiar en este tipo de justicia de barrios bajos?